lunes, 9 de junio de 2014

Ruta Costa Azul y Provenza: Día 02

Día 02: Montpellier a Martigues: 250Km


Empieza el segundo día. El objetivo es llegar a Martigues, ciudad donde está ubicado el próximo Hotel. Aunque Martigues tiene cosas que ver, la localidad se seleccionó principalmente como punto base para establecernos con los bártulos y hacer turismo a zonas de interés cercanas.

En cualquier caso, teníamos un recorrido importante a realizar, el objetivo era recorrer el parque natural de la Camargue y pasar la tarde en la playa de Piemanson, la cual está cerca de la desembocadura del Río Rhône.

Desde Montpellier enfilamos hacia Aigues Mortes, localidad la cual destaca por tener una zona fortificada. Aunque parecía tener mucho que ver, íbamos con la equipación a Full y la moto hasta los topes, así que nos limitamos a hacer un recorrido pasando por dentro del pueblo. Una foto de ejemplo, en otra ocasión y con otras circunstancias tendremos el honor de conocerla mejor.


Pasada esta bonita localidad, vamos en busca de el parque de la Camargue. Una zona húmeda llena de lagunas y lagos, que además consta en su parte más interior de grandes campos de viña... mucha viña. Empezamos adentrándonos en el parque en busca de Saintes-Maries-de-la-Mer, una población turística de costa al Sur Oeste del parque. No había mucho que ver, pero era la excusa para recorrer las carreteras rurales (pero asfaltadas)... hay que tener la moto a punto para recorrerlas, y grabar todo con la cámara para no perder detalle.


Volvemos hacia el Norte de nuevo por la D570, campos y campos de viña aparecen... hasta encontrar el desvío por la D37, volviendo a enfilar las entrañas del parque por carretera rural... ¡Como nos gustan! Campos, lagunas, fauna (muchos caballos y gran variedad de aves)... encontramos de todo. Realmente este parque es una buena opción para recorrerlo por sus carreteras rurales a caballo o en bicicleta, efectivamente encontramos mucho turista bien en bicicleta, bien a caballo.


En medio del recorrido aparece a nuestra derecha el Êtang de Vaccarès, inmenso. ¿Hay hambre? Quizá toque tomar un tentempié frente a las increíbles vistas...


Continuamos el viaje bordeando el Êtang, desviándonos hacia el Sur. Próximo destino, la playa de Piemanson... pero antes mejor descargar en el Hotel, que íbamos cargados a tope. En este punto del recorrido existían 2 opciones: la primera era subir hasta Arlés para así bordear el Rhône y volver a bajar por el otro lado del río hasta Martigues (un montón de Km). La otra coger un Transbordador al Sur Este del parque, el Bac de Barcarin. Esto nos ahorraba mucho tiempo. Esto hicimos, llegamos al mediodía al Hotel. Descargamos y a zampar. Cerca del Hotel había un Supermercado, ideal para recargar provisiones, más visto que íbamos a estar 3 días en el mismo hotel. Una ensaladita y unas albóndigas nos satisfacen.


Ya comidos, sin la equipación completa de moto y sin equipaje, cogemos unas toallas, bañador, crema solar, las sombrillas... y deshacemos lo recorrido, vamos a la playa de Piemanson! Volvemos a escoger la opción transbordador para travesar el Rhône, y desde la otra orilla vamos hacia el sur por la Route de la Mer (D36D), una carretera que pasa por la Salin de Giraud, salina inmensa que se ve perfectamente desde la carretera).


La carretera es una pasada. Una carretera estrecha, con lagunas a ambos lados durante varios Km. Las vistas son espectaculares, un placer recorrer esta carretera en moto tranquilamente, sin prisa.


Y finalmente llegamos a la playa de Piemanson. No es grande... es inmensa. Tan grande que a pie de playa hay aparcadas cientos y cientos de Autocaravanas, furgonetas, etc. disfrutando de la playa a pocos metros del mar. ¡Hasta había gente que despegaba en parapente a motor desde la playa! La arena estaba muy bien, y el agua también. Aún algo fría en Junio, pero muy limpia.


Aparcar la moto tan cerca de la playa... no tiene precio.


El sol empieza a caer y toca volver a Martigues. Ha sido un día muy completo, y la tarde en la playa nos ha permitido relajarnos y disfrutar de una temperatura muy buena. Si las panorámicas a la ida eran buenas, a la vuelta con el Sol brillando más raso eran ya indescriptibles...


Otro viaje en Transbordador para acortar camino y solo queda Hotel, cenar algo acompañado de un vinito Francés, y a descansar.

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