Nos encontrábamos a inicios de año y una idea empezaba a rondar por dentro. Con los fríos invernales acechando, había mono... y mucho. En mi cabeza empezó a brotar la idea de realizar una ruta importante, divertida y que además dejara varios puntos bellos para hacer turismo. No solo eso, debía confeccionar la ruta para que fuera apta para mi pareja. Es mejor tenerla contenta si se quiere reincidir y montar otra nueva ruta para otra ocasión! Manos a la obra!
Rondaban 2 posibles rutas en mi cabeza: la primera pretendía partir desde Barcelona y recorrer toda la costa azul hasta Niza (preciosa). La segunda era distinta, el objetivo era Andalucía. Este año la semana santa ha sido temprana, por ello una ruta por la costa azul sería demasiado "fresca". La opción escogida fue entonces Andalucía. Y que decir que es muy fácil decidir viajar a Andalucía... con la inmensidad de la misma. El destino debía mostrar encanto, combinarse con bonitas carreteras para ser surcadas con agrado... y dejarse visitar para aprovechar tal arduo viaje. Después de tantear varias posibilidades, la elección fue Granada. Su situación en la sierra, la belleza y el encanto... sin contar que aunque ya había estado, no había tenido la posibilidad de visitar la Alhambra. Hecho pues.
El destino estaba claro, pero faltaba moldear la ruta. No quería hacer un trayecto de ida y vuelta a Granada, había que parar a descansar y hacer alguna visita intermedia. Para que el viaje fuera del agrado de mi pareja, tampoco podíamos realizar trayectos extremadamente largos. Después de varias propuestas, finalmente el recorrido se extendió más de lo que inicialmente habíamos estimado. La ruta iba a incluir los siguientes trayectos:
• Barcelona - Valencia
• Valencia - Almería
• Almería - Granada
• Granada - Toledo
• Toledo - Bilbao
• Bilbao - Barcelona
Una ruta de aproximadamente 2500 Km, una señora escapada. Quizá el movimiento más extraño es el de pasar por Bilbao: mi pareja tiene su familia allí, así que íbamos a darles una alegría.
La ruta estaba escogida, simplemente faltaba planear las paradas, tiempo en cada lugar y... dónde dormir! Ahí entraba la máquina... y afortunadamente permite cargarle lo que quieras y más. La Versys 650 iba a pasar una buena prueba. Debíamos planificar muy bien para llevar simplemente lo indispensable... pero claro, para un viaje de unos 10 días con turismo incluido hay cosas que vas a necesitar sí o sí. Suerte que la Kawa la tengo provista de maletas rígidas laterales (unas Givi V35) y Baúl (un V46) con parrilla (donde poder anclar una bolsa Waterproof Givi de 40 litros). Vamos, una mula de carga.
El planning finalmente quedó así:
• Valencia: 1 noche en camping.
• Almería: 1 noche en camping.
• Granada: 3 noches en motel.
• Toledo: 1 noche en casa rural.
• Bilbao: 4 noches en casa.
Como se puede ver... además de ropa, calzado, útiles de baño... había que llevar tienda, colchón, útiles de camping, sacos... ¿Cabería todo eso en la moto? La verdad es que SÍ! Importante repartir el peso, y sobre todo dejar los voluminoso pero ligero para la bolsa Waterproof de encima de la parrilla (para que no hiciera mucha palanca y así minimizar el sobreesfuerzo de la parrilla del baúl). En esencia, la ropa en las maletas laterales, tienda, colchón, y algunas cosas más en el arcón... zapatos, sacos y utensilios de camping en la bolsa Waterproof.
Como no para un viaje así se necesita ir bien equipado... chaquetas y pantalones Gore-Tex con forro térmico, guantes impermeables, botas... y ropa térmica. En semana santa aún hace fresco, y en moto el frío termina calando.
El objetivo de ruta diaria no era muy ambicioso, el día de mayor kilometraje fue de 600Km... pero por ello se trataba de disfrutar de la carretera. Por ello se quieren evitar autopistas, y en la medida de lo posible autovías.
Llega el momento, hay que salir... empieza la aventura!
DIA 1: Barcelona-Valencia.
Nos levantamos tempranito, y qué decir que sin mucho ajetreo. El secreto es prepararlo todo el día antes. Así solo se carga la maleta Waterproof, nos equipamos y carretera adelante. El día se prevé muy bueno. Algo de nubes en el cielo, pero sin peligro de diluvio. Emprendemos la marcha, y no hacia Valencia. Realmente el viaje del primer día termina en un pueblo llamado Jarafuel, cerca de Cofrentes.
Se intercepta la N-340, a la altura de Sant Vicenç dels Horts, dirección Tarragona. El primer tramo es de continuas subidas y bajadas, curvas y muchos pueblos de paso. Poco vehículo, aunque algún adelantamiento fue necesario (ojo en la subida que con poco se levantaba la rueda delantera con tanta carga atrás!). Destacar la grata compañía motera, es una carretera muy concurrida. Es más, en un tramo intercepté un grupo de Kawas... sospecho que son del foro Kawaner6s... pocas rutas he hecho con gente del foro y por ello no fui capaz de reconocer a nadie. Fue hasta (creo) l' Ordal, donde en un semáforo caracoleé por el arcén hasta ponerme por delante. La ruta prosiguió, temperatura buena... hasta adentrarnos en la comunidad de Valencia. Ahí se giró el día, y aunque no llovió apretó el frío. Paradita en Sagunt donde tomar algo calentito.
Proseguimos entrados en calorcito y con el depósito de la "burra" lleno, hasta casi Valencia. No entramos, e interceptamos la A-3 dirección Albacete. Hasta que salimos al poco cogiendo la N-330 hacia el punto de destino: Jarafuel. Este tramo es muy divertido, con una carretera de curvas muy gratificante... el paisaje precioso... hasta que ves aparecer una Central Nuclear (Cofrentes) en el medio del valle…
Llegada al Camping, montar la tienda, y a comer unos bocadillos de tortilla que amablemente nos hacen. A descansar, ese día poco turismo. Por la noche una sopita y pal catre. Esa noche fue la peor de todas, ya que a media noche apretó un viento helado (seguramente estaríamos cerca de 0 grados fuera) y no conseguimos entrar en calor.
DIA 2: Valencia-Almería.
Nos levantamos convertidos en cubito de hielo, aunque un buen desayuno lo arregla rápido. Cargamos todo de nuevo en la fiera, y dejamos el camping atrás. Siguiente destino: Almería.
La ruta pasa por carreteras nacionales, hasta Almansa aún encontramos curva rica... luego ya hay menos curveo. Yecla, Jumilla, toca paradita de rigor en Molina de Segura. Gasolina y agarramos la A-7. El tiempo está algo revuelto... pero es llegar a tierras Andaluzas, y el Sol nos saluda apaciblemente. Paramos en Vera a disfrutar del calorcito, desde donde enfilamos hasta el próximo camping. Este realmente no está en Almería, sino en Roquetas de Mar. Allí montamos el campamento, y aprovechamos la tarde para acercarnos a un pueblito donde tengo familia, hay que verlos que caen lejos!
Vuelta al camping ya de noche, con el tiempo revuelto... empieza a llover un poco... y llegamos sanos y a salvo para cenar y dormir. Esta vez el mar cerquita se nota (el camping estaba a primera línea de mar), y la temperatura no baja de 15 grados en toda la noche, con el consiguiente buen sueño nocturno.
DIA 3: Almería-Granada.
Nos despertamos, esta vez sin madrugar mucho (es el día con menos Km) y a cargar la moto. El calorcito aflora, con un solecito rico. Nos movemos hacia Aguadulce, donde vamos a la playa a hacer cuatro fotos que inmortalicen el momento.
Y... no, no vamos a ir por Guadix y de ahí a Granada... hay que disfrutar de las carreteras de la Alpujarra.
Vamos hasta Benahadux, y de ahí A-348 hacia adelante. Hacemos una parada obligada en Canjáyar, pueblo de nacimiento de mi padre, muy bonito de casitas blancas. Paseando nos encontramos familia, la cual además de la charla pertinente, me indica dos opciones de ruta: o dirección Lanjarón, bordeando la Alpujarra por abajo, o subir por el puerto de la Ragua. Escogemos la segunda opción, aunque eso no quita que la próxima que pasemos por estos lares sea por Lanjarón.
Dejamos Canjáyar, y la carretera se torna cada vez más divertida... y el paisaje precioso. Es un día despejado, y en esta etapa se aúnan viñedos, prado, montaña y nieve, todo en una misma estampa.
Vamos dejando la planicie, para adentrarnos en alta montaña: nos acercamos al puerto de la Ragua. El primer tramo nos desmotiva bastante, ya que nos topamos con una carretera estrecha, desconchada, con mucha suciedad... la cual nos da acceso al último pueblo antes del puerto. Ahí paramos a hacer el turista (vistas de la Alpujarra almeriense increíbles) y a "papear".
Un restaurante con terracita y vistas, mientras nos zampamos unas migas como las de Almería/Granada (hechas con harina, no con miga de pan), chorizo, morcilla...
Preguntamos antes de partir por la carretera, y nos dicen que el peor trozo ya lo hemos pasado: el puerto transcurre por una carretera en muy buen estado. Y cierto era. Una carretera sinuosa pero muy bien asfaltada, no muy estrecha, llegando a una altura de 2000 metros aproximadamente. Aunque la carretera invitaba a no parar, las panorámicas sí. Las montañas estaban nevadísimas, y tocaba inmortalizar el momento.
Preguntamos antes de partir por la carretera, y nos dicen que el peor trozo ya lo hemos pasado: el puerto transcurre por una carretera en muy buen estado. Y cierto era. Una carretera sinuosa pero muy bien asfaltada, no muy estrecha, llegando a una altura de 2000 metros aproximadamente. Aunque la carretera invitaba a no parar, las panorámicas sí. Las montañas estaban nevadísimas, y tocaba inmortalizar el momento.
Al otro lado del puerto se abría el llano, pasando por Calahorra (desde la carretera se podía ver el castillo, imponente), y ya sí que tocaba empalmar la A-92 hasta Guadix, y desde ahí llegar a Granada.
Este era el objetivo del viaje (objetivo, o excusa, jeje), ya estábamos ahí para relajarnos y hacer turismo 3 días. También se acabó la tienda de campaña. Estuvimos en un camping, en el cual en lugar de Bungalows tenían un Motel. Al tener un sitio cerrado, podíamos dejar las pertenencias y así no preocuparnos.
Tocaba aprovechar la tarde/noche para hacer poco turismo, pero disfrutar del tapeo granadino.
DIA 4 y 5: Granada.
Al tratarse de una crónica motera, vamos a acotar la narración referente al turismo. Destacar que en Granada quedamos con un amigo de Universidad autóctono de Granada... qué mejor guía que él. Nos llevó a buenos bares de tapas, aprovechamos el cuarto día de viaje para visitar Granada (el casco y zona de Catedral, la Alcaicería, el Albaicín, el Sacromonte, y mucho más! El día cundió. El quinto día estuvimos viendo algo por la mañana, y por la tarde nos dedicamos a la Alhambra. En previsión, ya teníamos reservado un ratillo en unos baños árabes para derretir el cansancio de la visita a la Alhambra.
El sexto día proseguía el viaje, tocaba salir prontito ya que el mismo día teníamos que aprovechar para ver algo de Toledo. Abreviamos por la A-44, pasamos de largo Jaén y cerca de Bailén la A-4 dirección Madrid. Poco que contar hasta aquí, buen tiempo y temperatura ideal. Esperaba encontrarme con el tramo de Despeñaperros, cuando me encuentro sobre una autovía impecable... imaginad si hacía tiempo que no pasaba por ahí.
Hacemos parada para repostar en una gasolinera de la A-4 a la altura de Almuradiel. Estábamos algo cansados de autovía, así que pregunté a 2 viejetes que estaban en un banco de la gasolinera sobre la carretera que iba hacia Ciudad Real. Cambio de planes, abandonamos la monotonía y nos movemos por nacional de nuevo. La CM-4111 me sorprendió, no tanto por curvas, pero sí por el bonito paisaje. Prados, colinas,... el cambio de planes me gustó. Llegamos a Ciudad Real, y ahora seguimos por la N-401 hasta Toledo. Esta carretera me pareció más monótona, también quizá por el cansancio.
Una vez cerca de Toledo, tocaba buscar el hospedaje, esta vez una casa Rural señorial situada en los alrededores de Toledo. Muy bonita aunque encontrarla fue un reto! El tramo final de acceso a la casa era sin asfaltar, sin problema... exceptuando un charco de punta a punta bastante importante. La palabra para definir la situación es... barro. Pasar a toda leche, mancharse, pero por fin sanos y salvos en la casa. Descargar, y vestirse de turista de vuelta a Toledo para visitarlo. Otra vez el dichoso charco. Bajo a mi novia que pasara por el borde a pata, y yo paso lanzado con las piernas en alto para no mancharme de barro. Prueba superada!
De bajada desde la casa Rural, bonitas vistas de Toledo, bordeado por el Tajo.
El camino estaba aprendido... y por supuesto el charco maldito seguía ahí. Esta vez parecía que había menguado por los bordes del camino... así que me aventuré a pasar solo despacito por un costado... error. Había una capa superficial seca, pero debajo era lodo. Encallado, toco empujar atrás, y luego adelante a toda ostia. Resultado: Versys comanche. Barro hasta en los bornes de la batería! Después del desastre, lo mejor era limpiarse e irse a dormir.
DIA 7: Toledo-Bilbao.
Nos despertamos, desayunamos y mientras mi novia guardaba el equipaje en las maletas, me dispuse a desembarrar la burra. Mira qué casualidad, que había un problema en la instalación y no tenían agua en el jardín de la casa... toca bajar a Toledo a un lavadero: la moto no puede quedar así, o moriría presa del óxido. Luego de lavarla, proseguimos... y a toda prisa, se apresuran nubes con muy mala pinta.
Nos dirigimos a Madrid, desde donde iríamos dirección Burgos... empieza la fiesta, empieza a llover! Atravesamos Madrid con lluvia, por la M-40. Cada Km extra se traduce en más lluvia y frío, de esos que cala. Revisamos niveles de combustible (salimos de Toledo con prisas por los nubarrones por lo que no llenamos depósito), así que justo pasada la capital, paramos a llenar y comer en un pueblo llamado La Cabrera. Esto nos dejó comer, entrar en calor y cambiar los calcetines por unos térmicos que llevábamos, el panorama lo requería.
Esta parada nos dio las fuerzas justas par continuar, A-1 adelante, con lluvia en abundancia y la carretera ya encharcada. El tramo inicial fue duro, con no pocos vehículos cuyo mayor problema era la cantidad de agua que levantaban. Pasado Aranda del Duero el panorama mejoró, menos lluvia y menos vehículos. La temperatura no era tan baja, y bien equipados la lluvia no molestaba. Velocidades de crucero a 120 ya eran seguras. Es más, antes de llegar a Burgos el sol acompañaba, habíamos conseguido adelantar el frente nuboso.
Pasado Burgos y vista la mejoría, decidimos alternar tramos de autovía con otros de Nacional, evitando pagar peajes y disfrutando del viaje. Llegados a Miranda de Ebro, la cosa se pone fea, otra vez lluvia, aunque con abundancia no hay viento frío. Es antes de llegar a Vitoria que hacemos la última parada, tomamos un café calentito para estabilizar la temperatura corporal, repostamos y enfilamos un tramo de N-622 hasta la AP-68, el único peaje que pagamos hasta ahora. Ya estábamos en Bilbao, había pasado el día más duro de todos.
DIA 8, 9, 10: Bilbao.
Estábamos en Bilbao, en casa de los suegros. La moto no se movió del parking en los 3 días que estuvimos, así que nada que narrar como experiencia motera. ¡Mucho descanso y a disfrutar!
DIA 11: Bilbao-Barcelona.
Se terminaron los días en Bilbao, tocaba volver a casita, a Barcelona. Era el día de ruta más largo, 600 Km. Estábamos descansados, pero el clima amenazaba. Daban diluvios, pero ni eso ni los "quedaos un día más que mejore el tiempo" de los suegros nos pararon los pies... ni modificaron la idea inicial de la ruta. Cuando viajamos a Bilbao, prefiero obviar la ruta típica Barcelona-Zaragoza-Logroño-Vitoria-Bilbao, y hacer Barcelona-Huesca-Pamplona-Vitoria-Bilbao. El recorrido es más ameno y el paisaje más bonito.
Salimos de Bilbao tempranito, el cielo estaba negro pero no llovía: era nuestra oportunidad. Nos despedimos oportunamente, y emprendimos el viaje. Ya en el parking observé que la cadena de la moto había quedado maltrecha de tanta lluvia, así que paré en una área de servicio ya fuera de Bilbao, compré un spray de grasa e hice lo que puede. El viaje prosiguió. Enfilamos hasta Vitoria (otro peaje pagado), por la A-1, hasta Altasu donde se coge la A-10. Este tramo fue llevadero, pero con lluvia leve desde prácticamente Bilbao.
Nos íbamos acercando a Pamplona, y la cosa empezó a empeorar. La lluvia se echó encima, empezó a caer bien. Esto condicionó la elección del tramo de entrada a Pamplona. Queríamos coger la N-240, pero por la cantidad de agua en la carretera finalmente pagamos el peaje de la circunvalación a Pamplona, por la AP-15... hasta enlazar la A-21 que va hacia Jaca.
Fue pasar Pamplona y estabilizarse el tiempo (aunque tampoco hacía sol). La A-21 es una autovía bastante agradable, con alguna bajada desde la que el paisaje llega a impresionar. Además tiene bastantes curvas abiertas bastante largas, por lo que aunque no es una nacional tampoco se hace excesivamente monótona. La autovía no está terminada hasta Jaca, y hay que salir a nacional. Pero no nos importa, este tramo de carretera es espectacular, bordeando el pantano de Yesa. Más teniendo en cuenta lo que ha llovido y nevado este invierno, el pantano está rebosante de agua. Aunque el cielo está negro y la carretera mojada, no llueve y esto nos permite disfrutar de la carretera y el paisaje.
Pasado el pantano se presentan dos posibilidades: llegar a Jaca, desde donde hay autovía hasta Huesca, o recortar por Ayerbe (A-132). A mi me gusta mucho el tramo que pasa por Ayerbe (desde donde hay unas vistas espectaculares a los Mallos de Riglos, entre otras delicias paisajísticas).
Cogemos el desvío en Puente la Reina, dejándola atrás con nostalgia (siempre que hacemos el trayecto Barcelona-Bilbao por aquí paramos a comer en Puente la Reina, pero esta vez habíamos salido pronto y aún no tocaba). Empezó a chispear, pero no molestaba el viaje. La carretera se reviraba alegremente hasta llegar a al Embalse de la Peña, desde ahí continuaba cercana al río Gallego. Es este tramo antes de llegar a Ayerbe donde se puede gozar de un tramo de curveo con vistas a los Mallos de Riglos, imponentes desde abajo. Pasado Ayerbe la carretera se allana y discurre por largas rectas... las cuales nos transportan hasta Huesca. Llegamos allí, toca mover el bigote en un restaurante donde nos sorprenden con una ración de "pà amb tomàquet", ¡Pero si aún no habíamos llegado a Catalunya!
Con la barriga llena, proseguimos dirección Lleida por la nueva A-22. Debemos movernos dirección Lleida por la N-240, hasta que podemos interceptarla (la A-22 no llega a Huesca, y por lo que parece es simplemente un tema de falta de presupuesto. Esta Autovía nos permite llanear cómodamente, aunque a estas alturas las nalgas empiezan a resentirse. Antes de llegar a casa nos habíamos propuesto pasar a saludar a un amigo de un pueblo de Lleida (el pueblo se llama Algerri), y por ello dejamos la A-22 a la altura de Binéfar, dirección Alfarràs. Esto nos permite abanar la aburrida autovía para discurrir por nacionales entre frutales y almendros. Bonito paisaje, si señor. Es por esta carretera (la A-140) por donde cruzamos de Aragón a Catalunya, poco después llegamos a Alfarràs. Unos Km y ya estamos en Algerri, donde tomamos un refrigerio con el colega y damos de beber a la montura, se lo merece... se ha portado genial!
Retomamos carretera para el último tramo, más apetecible después del descanso y ya con solecito. Ya desde pasado Huesca que el tiempo había empezado a mejorar. Seguimos por la C-26 direción Balaguer, carretera más amena que la A-2. Empalmamos la A-2 ya sí poco antes de Tàrrega, ya queda menos... últimos Km por autovía que sirven para reflexionar, aunque la última etapa haya sido después de 3 días de descanso, el viaje ha sido extenso, transcurrido por carreteras que han recorrido bellos parajes, hemos recorrido media España en busca de una mezcla de ocio motero, turismo y descanso... la planificación ha ayudado a que todo saliera bien, pero también la montura, noble donde las haya, que nos ha llevado a 2 personas y 4 maletas cargadas a donde le hemos demandado, sin rechistar.
Espero os haya gustado.
Por fin, hemos llegado. Aparco mi Versys, bajamos con el culo cuadrado, y me dispongo a dejarla reposar, un ratín... mientras preparo la cámara para la foto de rigor, una del marcador: el ODO que puse a cero al inicio del viaje marca 2704Km, casi ná. Cierro el contacto de la moto, se produce un momento de silencio... ha terminado, el viaje queda para el recuerdo.
Por fin, hemos llegado. Aparco mi Versys, bajamos con el culo cuadrado, y me dispongo a dejarla reposar, un ratín... mientras preparo la cámara para la foto de rigor, una del marcador: el ODO que puse a cero al inicio del viaje marca 2704Km, casi ná. Cierro el contacto de la moto, se produce un momento de silencio... ha terminado, el viaje queda para el recuerdo.
Espero os haya gustado!